Alarmante aumento del exilio fiscal exterior e interior

Francisco RamosEl Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su solidaridad con el actor Gérard Depardieu, exiliado fiscal de la Francia hipercolectivista de François Hollande. Después de toda una vida pagando al fisco francés cantidades de dinero realmente desproporcionadas, hasta superar los ciento cuarenta y cinco millones de euros en impuestos, el actor puso voz el mes pasado a millones de franceses que ya no soportan más el expolio tributario de ese país. Depardieu, pudiendo residir en cualquier lugar del mundo, ha mantenido su residencia en territorio francés hasta que las últimas medidas de Hollande le han hecho ya insoportable vivir en Francia, país del que finalmente se ha marchado tras abonar en 2012 el 85% de sus ingresos. Pero se cuentan por cientos de miles los franceses que en las últimas décadas han tenido que instalarse en los países vecinos para huir de unos impuestos tan confiscatorios que calificarlos de robo no es más que describir la realidad sin la menor exageración.

El P-LIB alerta a los ciudadanos españoles de la chavización de Europa entera y del giro que está tomando la cuestión tributaria también en nuestro país. Bajo el actual gobierno del PP y con la dirección de Cristóbal Montoro, España se ha convertido ya, a escala mundial, en uno de los países con más elevada tributación directa, y rivaliza con la misma Francia en las pretensiones de exacción fiscal. En nuestro caso, es significativo el exilio fiscal del arquitecto valenciano Santiago Calatrava en el cantón suizo de Zúrich. Es cierto que tanto Depardieu como Calatrava se han beneficiado directa o indirectamente del sistema socialdemócrata de subvenciones en sus respectivos sectores, y que ambos han recibido encargos que quizá no hubieran obtenido en un mercado realmente libre, pero ese es el marco económico en el que han tenido que actuar, como el resto de los empresarios.

Lo sorprendente, para el P-LIB, es que aún siga habiendo tanto empresas como personas con gran fortuna personal que opten por seguir sometidas al expolio tributario de jurisdicciones como la francesa o la española. Francisco Ramos, miembro del Comité Ejecutivo Federal del P-LIB y Coordinador General en la Comunidad Valenciana, ha declarado que «me resulta alarmante la frivolidad con la que muchos critican a Calatrava mientras contratan sus pequeñas obras o reformas domésticas en negro, empujados por la misma rapiña fiscal que ha expulsado al arquitecto a Suiza». Por otra parte, ha añadido que «es significativo que hasta Obélix abandone la Galia: Gérard Depardieu ha sido uno de los muchos iconos del pensamiento progre y buenista en su país, y tiene mucho valor que precisamente él haya denunciado con tanto valor el expolio brutal al que se le ha llegado a someter, votando con los pies y marchándose de una Francia convertida, como la España de Rajoy, en un auténtico infierno fiscal«.

Cuando los gurús de la tributación confiscatoria, con el nefasto economista Paul Krugman a la cabeza, instan a los gobiernos a arrebatar a la gente casi la totalidad de la riqueza que genera, los liberales no podemos sino aplaudir la valentía de Depardieu al hacer público su gesto para ejemplo de muchos otros ciudadanos franceses y europeos. Su devolución del pasaporte debería hacer reflexionar a los políticos. Los viejos mitos nacionales cada día valen menos en un mundo globalizado, mientras la libertad para trabajar, crear y generar riqueza resulta superior a cualquier pasaporte. La voracidad fiscal de los gobiernos está expulsando en plena crisis a quienes más pueden hacer por sus países, y mantiene en el exilio fiscal interior, en la ilegalidad forzada, a cientos de miles de trabajadores autónomos y pequeños emprendedores que deben incurrir en el riesgo de actuar permanentemente «en B» porque el coste de la oficialidad es sencillamente insoportable. Frente a este estado de cosas, asumido por todo el arco parlamentario convencional, el P-LIB es el único partido español que promueve el establecimiento de un tope constitucional directo a la tributación de particulares y empresas, así como al endeudamiento de las administraciones públicas.

Gérard Depardieu, exiliado fiscal francés

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