Neutralización de la disciplina presupuestaria

El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) denuncia que el pacto por la disciplina presupuestaria se ha quedado en agua de borrajas al no establecer en la Constitución topes precisos y relegarlos en cambio a leyes orgánicas fácilmente reformables según el capricho de los políticos. El PP y el PSOE han cedido a la brutal presión interna de cientos o miles de cuadros que gestionan presupuesto municipal, autonómico o de la administración central, y que no están dispuestos a renunciar al despilfarro. Tras la negociación entre las dos cabezas del partido único bicéfalo que nos gobierna desde 1982, ha quedado patente que ninguna de ellas quiere realmente ajustarse a la disciplina presupuestaria, sino tan sólo hacer un gesto de cara a la galería. Lo que se firma ahora es extraordinariamente insuficiente. Es una mera argucia que intenta ingenuamente convencer a los inversores de que la economía española es seria y confiable. No lo es. Vivimos instalados desde hace décadas en el sobreendeudamiento, en el gasto extremo e irresponsable y en la cultura del déficit. A esos males han contribuido tanto los socialistas como los populares, y difícilmente se puede confiar en esos partidos para acometer la profunda reforma económica que nos hace falta.

Resulta espantoso que casi todas las críticas de estos días a la reforma propuesta sean por exceso y no por defecto. A muchos de quienes opinan contra la reforma les parece injusto o insolidario algo tan elemental como no gastar más de lo que se ingresa. Ellos quieren que el Estado ingrese sin límites a expensas de los ciudadanos, que se pueda endeudar hasta la locura y que gaste sin freno, y, no contentos con ello, quieren además que el Estado pueda gastar más allá de lo recaudado. La extraordinaria irresponsabilidad de esta visión económica, completamente insostenible, nos ha llevado a una gravísima crisis económica en todo el mundo desarrollado. El P-LIB seguirá trabajando para explicar a la sociedad que permitir el déficit permanente, incluso el déficit moderado pactado ahora por PP y PSOE, es una pésima política. El P-LIB seguirá abogando por el establecimiento constitucional de topes cuantificados al déficit, al endeudamiento y a la carga tributaria de personas y empresas.

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