Ante la sucesión exprés en la Junta de Andalucía

José Antonio PeñaEl Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de Andalucía observa con enorme preocupación la deriva del ruinoso régimen andaluz, inmerso en un proceso acelerado de degradación, con el consiguiente perjuicio para todos los andaluces. El último episodio ha sido la segunda sucesión hereditaria exprés en un plazo de cuatro años en la presidencia del gobierno autonómico. El ya ex presidente José A. Griñán, abrasado por el escándalo de los ERE —la mayor trama de corrupción de la historia moderna de España—, acaba de abandonar desesperadamente su cargo. Lo ha hecho antes incluso de la fecha que él mismo anunció en julio, y es probable que termine como senador por la comunidad autónoma, para elevar así su aforamiento del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía al Tribunal Supremo.

En un sistema parlamentarista es legítima la sustitución por parte de la cámara de la persona encargada de formar gobierno. Pero en la cultura política andaluza y española, no cabe duda de que se ha forzado por segunda vez la máquina en detrimento de la legitimidad percibida. La sucesión interna en el PSOE, ajena a cauces democráticos de participación, constituye una impostura gravísima, una indecencia política y un desprecio total hacia los andaluces, que vuelve a homologar al socialismo andaluz con los regímenes dictatoriales. Para mayor escarnio, Griñán, que encima tendrá una jubilación dorada con el dinero de los contribuyentes, ha intentado en su huida convencer a los andaluces de que su sucesión exprés en el mes de agosto obedece a la necesidad de un cambio generacional y de aires en el PSOE, necesidad que por lo visto no era tal cuando hace poco más de un año concurrió a la presidencia y apañó malamente un gobierno moribundo de socialistas y comunistas.

El Coordinador del P-LIB en Andalucía, José Antonio Peña, ha señalado que “el mérito de la nueva presidenta, Susana Díaz, se reduce a su cercanía a Griñán, lo que garantiza la continuidad de las mismas políticas liberticidas perpetradas desde 2009 por su padrino político, quien a su vez accedió a la presidencia en sustitución de Chaves siguiendo el mismo guión que Díaz». “Continuando con la peor tradición del régimen, desde 2009 los gobiernos de Griñán han intentado deliberadamente y con el dinero de todos pulverizar cualquier opción de creación de riqueza en Andalucía y empobrecer a la población, que se resiste a ser estabulada con unas simples migajas previamente confiscadas mediante elevadísimos impuestos”, ha concluido Peña.

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