El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de Fuerteventura expresa su rechazo a las nuevas limosnas institucionales anunciadas por Mario Cabrera, presidente del Cabildo de Fuerteventura. El P-LIB considera un despropósito estas subvenciones: seis millones de euros de los bolsillos de todos los majoreros, que incrementan el gasto descomunal del Cabildo, situándolo así en noventa millones. Es evidente que, con un 34,82% de paro, los majoreros necesitamos ayuda, pero no mediante un gasto público brutal sino en forma de menos impuestos y de menos trabas para emprender e intentar salir adelante. En un modelo económico liberal se pueden articular múltiples vías para de ayuda que no agredan al bolsillo de los demás ciudadanos, y así lo recoge el programa político del P-LIB.
En una isla que depende del turismo como fuente principal de ingresos, no tiene sentido que los majoreros carezcamos de la libertad y la facilidad necesarias para iniciar una actividad económica orientada a ese sector y que nos permita salir del drama del paro. Con seis municipios, el Cabildo, la administración autonómica y la central, el laberinto normativo y los altísimos impuestos que pagamos hacen de Fuerteventura un auténtico infierno burocrático y fiscal. Conviene recordar que, con poco más de cien mil habitantes en la isla, este plan de gastos del Cabildo le va a costar a cada majorero 842 euros, sin contar los gastos de cada municipio de residencia. Es decir, que a los majoreros nos cuesta un mes íntegro de nuestro trabajo sostener semejante despilfarro político para que a cambio «sólo» tengamos un 34,82% de paro.
El P-LIB considera que lo sí crea empleo y riqueza es liberalizar la economía, quitando poder a los políticos para que el entorno económico se dinamice, y dejando el dinero de los majoreros en sus bolsillos. La cultura de la subvención jamás ha creado riqueza. Incluso en época de pleno empleo en España y en Europa, con auge económico y hasta con despilfarro, esta estrategia del subsidio y la subvención apenas logró bajar del 12% de paro. La caída de la construcción provocó un paro inmediato del 20% tras el estallido de la crisis. Ahora, sin construcción y con casi el 35% de paro en la isla, los mismos políticos siguen aplicando y ahondando en las mismas recetas fracasadas: más gasto, más deuda y más regulación. No basta cambiar de gestores, hay que cambiar la forma de gestionar para devolverle a la sociedad civil la inmensa mayoría de las decisiones hoy gestionadas por el poder político.
Para el Coordinador Insular del P-LIB en Fuerteventura, Israel Alonso, esta política supone “más subvenciones, más deuda, más pobreza«. «Los majoreros —Afirma Alonso— deben entender que nada es gratis, que todo se paga, y que lo pagamos todos nosotros. Este dinero no es de “recursos propios”, como dice Cabrera: es dinero de todos los majoreros que los políticos les han quitado mediante impuestos, tasas y multas”, por lo que “es un dinero que no va a generar riqueza, puesto que no sale del ahorro sino del expolio a los ciudadanos, que son sus legítimos propietarios”. «Fuerteventura tiene un gran potencial, es cierto, pero para que se desarrolle necesitamos que los políticos nos dejen a los ciudadanos aprovecharlo, o los ciudadanos tendremos que obligar a los políticos a hacerlo», concluye Alonso.