El PP y el matrimonio homosexual

Juan PinaEl Partido de la Libertad Individual (P-LIB) ha seguido con preocupación el cruce de declaraciones entre el ministro de Justicia y el del Interior en relación con el recurso de inconstitucionalidad que en su día presentó el Partido Popular contra la extensión de la figura jurídica del matrimonio a las parejas del mismo sexo. Esta polémica siembra desconcierto y temor en las personas afectadas y causa alarma ante un posible retroceso grave en la igualdad ante la ley. Si el ministro de Justicia realmente cree que no hay base para declarar inconstitucional el matrimonio de las personas del mismo sexo, lo que debe hacer es pedir a su partido que retire el recurso. En todo caso, al margen de lo que diga en su momento el TC, la igualdad ante la ley, sea cual sea la orientación sexual de las personas, constituye un derecho fundamental e inalienable de todos los individuos.

El P-LIB considera que en una sociedad realmente libre el Estado no tendría que merterse en estos temas ya que toda consideración jurídica del individuo, de sus obligaciones y de sus derechos sería únicamente individual, y los contratos de unión familiar entre dos o más personas serían algo estrictamente privado. Sin embargo, mientras exista la figura jurídica del matrimonio, nos parece intolerable que se haga inaccesible a parte de la población por su simple orientación sexual, y por ello apoyamos resueltamente la reforma legislativa que introdujo en España la extensión del mismo a todo el mundo, movimiento que va expandiéndose país tras país afortunadamente.

Celebramos por tanto que España fuera uno de los primeros países del mundo en acabar con la injustificable discriminación legal de las parejas del mismo sexo, y trabajamos para evitar pasos atrás. Las personas LGBT pueden estar completamente seguras de tener en el P-LIB a un firme valedor de sus derechos al matrimonio, a la adopción y, en general, al más estricto respeto a su orientación sexual. A diferencia del PP, el P-LIB es el único partido ajeno al colectivismo de izquierda que realmente representa y defiende la libertad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

El nuevo gobierno conservador parece decidido a recurrir a la ingeniería social para imponer desde el Estado sus valores religiosos particulares, y los liberales y libertarios –con independencia de las creencias de cada uno de nosotros– no podemos quedarnos de brazos cruzados. Una vez más, la actitud de algunos sectores del gobierno pone de manifiesto que los liberales hacen un pésimo negocio votando al PP, un partido que encima de ser casi socialista en economía (de hecho algunas medidas recientes son hasta peores que las del PSOE y similares a las de IU) resulta insufriblemente conservador en los temas morales y se resiste a privatizar realmente la toma de decisiones éticas.

El P-LIB celebra que el estado norteamericano de Washington se haya sumado a la creciente lista de países y territorios donde se ha abolido la arbitraria prohibición de casarse a las parejas del mismo sexo, y expresa su horror ante la noticia reciente del internamiento forzoso de gays y lesbianas de Ecuador en supuestas clínicas para intentar alterar su orientación sexual.

El Presidente del P-LIB, Juan Pina, ha declarado en este sentido que «el PP debe aclarar su postura y el gobierno tiene que cumplir el mandato constitucional de garantizar la igualdad ante la Ley», añadiendo que «esta cuestión es una de las que separan claramente a los liberales de los conservadores. Pues bien, que nadie se llame a engaño: nosotros no somos conservadores«. «La igualdad ante la ley se traduce también en la aplicación de la misma palabra a todas las uniones, y en este caso la palabra es matrimonio y la ley debe limitarse a recogerlo así. Agarrarse a cuestiones etimológicas para crear diferencias entre unas uniones y otras es el último clavo ardiendo al que intentan asirse los homófobos», ha concluido.

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