Cierre en falso del Pacto de Toledo

El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) constata el cierre en falso de los trabajos de la Comisión del Pacto de Toledo, que hoy ha aprobado su documento de recomendaciones al gobierno. El documento rechaza la inmoral alteración de la edad de jubilación en función de los criterios políticos del gobierno, pero por lo demás constituye un nuevo y estéril intento de hacer que la sociedad comulgue con ruedas de molino. Los integrantes de la comisión saben perfectamente que el sistema de reparto está en fase terminal y es incapaz de garantizar las pensiones de los actuales trabajadores, pero siguen insistiendo en el error porque no se atreven a decirle a la sociedad la verdad: que el Estado ha fracasado como gestor de fondos de pensiones y que es necesario y urgente iniciar la transición hacia un sistema de capitalización individualizada a beneficio de cada trabajador. La extraordinaria arrogancia de la comisión ha dejado incluso fuera de sus debates esa opción. Los miembros de la comisión discrepan en los detalles del sistema pero hacen piña en torno al mismo y también en lo relacionado con las excepciones injustas que benefician enormemente a diputados y senadores.

El P-LIB es el único partido político adherido a la Declaración de Salamanca. Somos la única voz que le dice alto y claro a todos (sindicatos, partidos parlamentarios y patronal) que mienten. Que por cobardía o por intereses espurios están ocultando la verdad a los ciudadanos, y que tenemos derecho a un sistema de pensiones que no nos robe. Nadie más que el P-LIB en el panorama político español defiende el sistema de capitalización privada. ¿Dónde queda el supuesto liberalismo económico de sectores del PP, de CDC o de otros partidos? No existe, son tan colectivistas como el que más y no están dispuestos a desestatalizar y despolitizar un elemento de tan eficaz control social como es el de las pensiones.

Sólo podemos manifestar a la Comisión del Pacto de Toledo y a cada uno de sus integrantes nuestro mayor desprecio, y señalarles como culpables directos y personales del empobrecimiento de nuestros mayores y del expolio a los trabajadores.

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