El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de la Región de Murcia deplora el espectáculo de declaraciones contrapuestas que han ofrecido diversos miembros del ejecutivo autonómico murciano y del partido que lo respalda, el Partido Popular, incluido su presidente, Ramón Luis Valcárcel, en relación con el ya confirmado rescate de la región.
Tras un continuo ir y venir de declaraciones, desmentidos y rectificaciones, el gobierno regional confirma finalmente que Murcia se acogerá al FLA. Para Francisco Cuberos, Coordinador del P-LIB murciano, «el FLA sólo da tranquilidad al gobierno regional, que así podrá seguir gastando a espuertas, pero no se la ofrece a los murcianos». El P-LIB murciano considera que todo este cúmulo de declaraciones y desmentidos no denota sino una total desorientación de la política económica del Partido Popular en nuestra región.
El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) recibe con escándalo las últimas noticias sobre la situación de la radiotelevisión pública de Andalucía, que es lisa y llanamente es insostenible. Los gastos, especialmente los de personal, superan con mucho a los ingresos. La única solución económica y ética es la privatización del ente público, de modo que deje de ser una rémora económica y una máquina de propaganda. Sin embargo, el actual estatuto de autonomía impide su privatización. El P-LIB propone la urgente modificación del Estatuto de Autonomía para proceder a la privatización del ente, y urge entre tanto a recortar drásticamente sus gastos.
El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) ha seguido de cerca el fraude de las preferentes y las nuevas medidas que ha anunciado el gobierno. El P-LIB considera que este es un nuevo episodio de abuso de poder por parte de las élites directivas de un sistema bancario privilegiado por el Estado y acostumbrado a actuar irresponsablemente en beneficio propio, como en este caso, en el que se ha inducido masivamente a los clientes a la compra de productos financieros de alto riesgo sin informarles debidamente. La estafa se ha producido, no porque haya habido una mala evaluación del riesgo, sino porque ha habido engaño en cuanto a la naturaleza del producto que se estaba adquiriendo: un peculiar tipo de acciones a perpetuidad. Resulta sorprendente que el Estado, tan eficaz a la hora de inspeccionar y perseguir al ciudadano común o a las pymes, ejerza tan mal las competencias (que él mismo se ha arrogado) de inspección y control del sistema bancario y de sus productos, competencias que en realidad deberían irse sustituyendo por una banca mucho menos regulada y similar a cualquier otro sector de servicios, pero a la vez carente de los privilegios estatales que hoy disfruta.
El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) celebra el repentino cambio de posición de Unión Progreso y Democracia (UPyD) en relación con el infame