Clientelismo y publicidad encubierta con dinero público

Francisco Carvajal |P-LIBEl Partido  Libertario (P-LIB) muestra su rechazo absoluto a la manipulación informativa que hacen todos los gobiernos de todos los estamentos administrativos cuando llega la época de las elecciones. Las campañas  de publicidad que se pagan con el dinero de todos los ciudadanos, unos meses antes de los comicios, son un escándalo que podría llegar a considerarse como una malversación de fondos públicos. Cuando queda poco tiempo para las elecciones, todos los gobiernos se lanzan a hacer “presuntas” campañas institucionales sobre lo bien que marcha la sociedad sobre la que gobiernan y la cantidad de dinero que gastan para el bienestar general. Todas por supuesto bien estudiadas para que no se les pueda denunciar, pero que suponen claramente una publicidad encubierta del partido gobernante. Por otro lado, en una época de crisis para los medios de comunicación, también consiguen el objetivo de nutrirlos de una gran cantidad de dinero público en concepto de publicidad, lo que lógicamente redundará en una mayor y mejor atención y trato durante la campaña electoral, fomentando de esta forma un clientelismo que favorece a ambas partes pero que pagan los ciudadanos.

Para los libertarios el dinero del ciudadano es tan importante que no solo consideramos que debe estar en su bolsillo, como legítimo propietario, sino que la cantidad que el Estado recauda de él no debe emplearse para oscuras maniobras de publicidad política camuflada como institucional. Si un partido político quiere publicidad que la paguen sus afiliados y simpatizantes, pero no el resto de los ciudadanos mediante impuestos para subvenciones a los partidos o para publicidad institucional.

En declaraciones de Francisco José Carvajal, miembro del Comité Ejecutivo Federal del P-LIB, “una vez más se demuestra que es posible bajar los impuestos si se eliminan estas prácticas de abuso del dinero público”. A lo que añade Carvajal que “las acciones de los gobiernos las tienen que percibir los ciudadanos directamente en su día a día, sin necesidad de estas campañas”, concluyendo que “cuando un gobierno recurre a estas tretas ni tiene un comportamiento ejemplar ni está realizando una buena gestión”.

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