El P-LIB, contra todo privilegio para Eurovegas

Una vez conocida la decisión definitiva de construir el complejo de juego Eurovegas en la Comunidad de Madrid, el Partido de la Libertad Individual (P-LIB) recuerda su oposición a toda excepción legislativa y a toda medida de favor para este proyecto. El P-LIB defiende un capitalismo libre de cortapisas estatales, pero carente también de todo tipo de privilegios a determinadas empresas o sectores. Las leyes han de ser iguales para todos los ciudadanos y para todas las empresas.El P-LIB no tiene el menor reparo moral a la construcción de casinos y otros centros de juego, ni a la probable proliferación del negocio de la prostitución, que otras fuerzas políticas están esgrimiendo contra Eurovegas. Ambas actividades, siempre que sean voluntarias, son perfectamente respetables. El Estado jamás debe injerirse en la libre evolución de la sociedad para imponer valores morales concretos, sean cuales sean. Los liberales creemos que el juego debe liberalizarse por completo y el ONLAE debe desaparecer, igual que el privilegio que permite a la ONCE regentar loterías pero se lo impide a cualquier otra organización. Por su parte, el P-LIB siempre ha defendido la plena legalización de la prostitución para evitar la trata y la explotación sexual. Por otro lado, la ley antitabaco debe derogarse, no en el recinto de Eurovegas sino en todas partes, ya que las normas de convivencia de un local abierto al público son competencia de su propietario y no del Estado. Sería de todo punto intolerable que se permitiera a Eurovegas no aplicar esta norma que tanto perjudica al resto de establecimientos hosteleros y de juego.

Que vengan empresas de cualquier país y construyan en España centros de ocio, sean cuales sean las características de ese ocio, nos parece legítimo. Lo que siempre hemos cuestionado respecto a Eurovegas es el conjunto de excepciones legales, normas ad hoc y tratos de favor por parte de las administraciones públicas. Esos privilegios, que podrían llegar a ser incluso inconstitucionales, han sido reiteradamente exigidos por Adelson para iniciar el proyecto, y el gobierno autonómico de la supuestamente liberal Esperanza Aguirre ha procurado ofrecerle garantías de que podría conseguirlos. El capitalismo de Estado es simple y burdo mercantilismo, alejado del orden económico espontáneo que los liberales propugnamos. La mezcla de intereses y favores entre políticos y gobernantes siempre nos resulta sospechosa. El papel de las administraciones públicas ante proyectos empresariales privados de gran envergadura debe ser, sencillamente, ninguno: ni perjudicarlos ni apoyarlos con dinero ni terrenos, ni con medidas de favor que siempre van en detrimento de otros negocios o ciudadanos. En este sentido, resulta espeluznante que nuestro ordenamiento jurídico, sobre todo en materia de urbanismo, haga prácticamente imprescindible la intervención de las administraciones públicas cuando se trata de establecimientos de grandes dimensiones.

El P-LIB expresa su preocupación por la posibilidad de que otras empresas de juego, de toda índole y tamaño, puedan verse perjudicadas por el trato de favor a Eurovegas. El P-LIB lamenta la carrera intervencionista que han emprendido los políticos madrileños y catalanes inmiscuyéndose en el orden económico para favorecer proyectos como Eurovegas y Barcelona World.

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