Contra el socialismo sanitario del PP

El Partido Libertario (P-LIB) expresa su total discrepancia con la ex ministra de Sanidad conservadora Ana Pastor, que ha defendido la continuidad del actual modelo de sanidad «universal, pública y gratuita». Una vez más, el PP demuestra su extraordinaria similitud con el PSOE. El P-LIB considera que la universalidad con altos estándares de calidad y libre elección es incompatible con la estatalización, y sólo puede darse en el marco de una plena privatización y liberalización del servicio. Es conveniente separar los dos conceptos porque universalizar no implica necesariamente estatalizar. El Estado ha demostrado ser un mal proveedor de servicios, y debe limitarse a asegurar la universalidad entregando a quienes no puedan costear su propio seguro médico un cheque sanitario para canjear en cualquier aseguradora. Esto fomentará la excelencia, que sólo se consigue en condiciones de competencia, y reducirá los precios, haciendo que sea minoritaria la porción de ciudadanos a quienes habrá que entregar cheques sanitarios.

El P-LIB quiere que todo el mundo tenga acceso a la sanidad: los que puedan pagar, pagando, y la minoría que no pueda costearse un seguro médico, recibiendo un cheque sanitario neutral hasta que vengan a mejor fortuna. Nuestra opción es más solidaria que el sistema actual, que obliga a millones de personas a costear un servicio burocratizado, inflexible y carente de incentivos a la calidad, y condena a las rentas bajas y medias a utilizarlo, permitiendo escapar del mismo solamente a los niveles de renta medios-altos y altos, ya que son los únicos con capacidad económica suficiente para evitar la sanidad estatal.

El P-LIB considera que el llamado Estado del bienestar es un fracaso. Se ha convertido en el bienestar del Estado y de quienes lo gestionan parasitariamente. El PP y el PSOE, como los demás partidos colectivistas, aspiran a administrar el enorme pastel de un Estado gigante e inoperante. Sólo el P-LIB aspira a reducirlo a su mínima expresión. Esto explica el interés de los conservadores españoles por mantener con vida un sistema de servicios públicos agonizante. Al hacerlo, el PP pone de actualidad las acusaciones del premio Nobel de Economía Friedrich A. von Hayek a los conservadores de su época, «socialistas de todos los partidos».

Para los liberales y libertarios, apoyar al PP es un mal negocio, ya que constituye otra forma de socialismo económico, apenas diferente en la estética y en algún que otro matiz técnico, y encima implica la promoción desde el Estado de valores conservadores que menoscaban la libertad personal en todos los ámbitos.

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