Indignación ante la nueva subida de impuestos

Óscar TimónEl Partido de la Libertad Individual (P-LIB) recibe con la más absoluta indignación el paquete de medidas aprobado por el Consejo de Ministros del pasado viernes. No esperábamos mucho de este consejo pero por lo menos confiábamos en que por una vez el presidente de Gobierno no mintiera cuando dijo, apenas cuarenta y ocho horas antes, que no subiría los impuestos el viernes. No sólo mintió Mariano Rajoy sino que en la rueda de prensa del Consejo de Ministros se cambió el nombre a la subida de impuestos y se la llamó «ajuste» y también se mintió otra vez al decir que no se tocaría los grandes impuestos. Si IRPF y Sociedades no son grandes impuestos para el Gobierno pues que los elimine ya que sólo hacen daño a nuestro país. No fueron los únicos impuestos que se tocaron, también se subieron casi todos los demás y se crearon nuevos; se sube el IVA de determinados productos que cambian de tramo, se suben los impuestos especiales, se crean nuevas tasas medioambientales y se impone un impuesto a los depositantes al estilo chipriota, diferenciándose de este en que es permanente, es de menor cuantía por el momento y afecta a todos los depósitos. De lo poco que no fueron impuestos apenas se puede destacar nada, la mayoría eran medidas ya anunciadas que se han ido retrasando y otras medidas como la desindexación o la reforma de los colegios profesionales que no han sido definidas. En definitiva, las medidas estructurales anunciadas por el gobierno son básicamente una subida de impuestos generalizada: ese es el camino que nos ofrece el PP para sacarnos de la crisis y del paro.

La semana en la que supimos que España superaba los seis millones de parados culminó el viernes con la evidencia de que este gobierno ni se plantea que su reforma laboral haya sido un fracaso. Todo lo contrario, durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros se dijo que es un éxito porque si no la hubieran hecho habría sido peor. Sin negar que es posible que sin esa tímida reforma laboral la situación fuera aún peor, la realidad es que se sustituyó una legislación laboral pésima por otra casi igual de pésima. El P-LIB reitera su apuesta por reducir a su mínima expresión la legislación laboral para permitir realmente a trabajadores y empresarios pactar libremente sus condiciones de trabajo. Los españoles deben preguntarse por qué nuestro mercado de trabajo, fuertemente intervenido, genera un paro del 27% y nuestros trabajadores emigran a los Estados Unidos, Suiza, Holanda, Gran Bretaña, Alemania y tantos otros países que precisamente tienen mercados de trabajo más libres.

Los liberales denunciamos que este gobierno nos lleva a un estancamiento económico que puede durar muchos años. Tras los gobiernos de la burbuja de Aznar y Zapatero nos encontramos con el gobierno de las subidas de impuestos que será llamado, en los futuros libros de historia de la educación estatal, como el gobierno del «ajuste impositivo». La Vicepresidenta reflejó en la rueda de prensa la base ideológica de este gobierno: dijo que no se pediría más esfuerzos a los españoles y lo pretendió demostrar diciendo que no habría más recortes de gasto, es decir, que no eliminarían empresas públicas, que han contratado a dedo a más de doce mil personas mientras despilfarran el dinero de todos, que no eliminaría los privilegios de la casta política, que no eliminarían las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, todo tipo de lobbies y empresas amigas del poder, en resumen, que no eliminarían nada del hiperestado que padecemos. ¿En qué mundo vive este gobierno si piensa que subir prácticamente todos los impuestos, incluido el IVA que ha sido ajustado, no supone pedir esfuerzos a los ciudadanos?

El Portavoz de Economía del P-LIB, Óscar Timón, ha declarado que «ahora entendemos qué quería decir el gobierno del Partido Popular con su mantra de la herencia recibida: recibieron unos impuestos muy bajos para su gusto y en un año y medio han llevado a cabo la mayor subida fiscal de la historia democrática de España para corregir esa herencia». «También ahora entendemos lo que significa que España saldrá de la crisis en 2014: quiere decir que el PIB será positivo», ha añadido, denunciando que «el PP intenta confundirnos a todos mezclando el término fin de la recesión, que no es más que un término económico que indica que el PIB vuelve a ser positivo, con la auténtica salida de la crisis». «Otra cosa que quedó clara el viernes son esos brotes verdes de los que habla el ministro de economía, esos indicadores adelantados«, ha señalado Timón, explicando que «esos indicadores no son otros que su confianza en que exportemos más gracias a una posible recuperación de la economía mundial y que los españoles y extranjeros que viven en nuestro país lo abandonen para emigrar de forma masiva y bajar así la tasa de paro«. Con todo, Timón denuncia que «lo más desolador que hemos oído el viernes es que este gobierno llama pedir esfuerzos a los ciudadanos a reducir el gasto del Estado, a derrochar menos dinero de esos ciudadanos, mientras llaman no pedir esfuerzos a los ciudadanos a subirles inmisericordemente todos los impuestos y endeudarles de por vida a través de la deuda pública».

El P-LIB pide un cambio de rumbo, no al gobierno, que ya es un caso perdido, sino a la sociedad civil. Es hora de levantarse y acabar pacíficamente con este Estado-niñera que nos trata como a menores, mintiéndonos y contándonos la historia de los Reyes Magos, diciéndonos que los deficientes servicios públicos aparecen porque los políticos son magos cuando en realidad les pagamos un precio terrible por ellos. Ha llegado el momento de la alternativa liberal, no de la política de siempre, representada por el PP, el PSOE, IU o UPyD, que no quieren más que un Estado inmenso donde los políticos tengan todo el poder y que, como mucho, ofrecen un cambio de caras. Sólo la alternativa liberal puede permitirnos salir de la crisis. Sólo la alternativa liberal puede permitir la creación de millones de puestos de trabajo. Sólo la alternativa liberal nos permitirá crear riqueza y reducir la pobreza. Y sólo la alternativa liberal puede conseguir todo esto porque es la única que confía, para lograrlo, en los ciudadanos y no en sus políticos.

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