Ante la inminente reunión de los ministros de agricultura de la UE, el Partido de la Libertad Individual (P-LIB) reivindica la libertad comercial de los productos agrícolas, el cese de las cuotas de producción, de las subvenciones, de los aranceles y de las demás políticas proteccionistas y subvencionistas que practica la Unión Europea.
La Política Agraria Común (PAC) es causa de miseria para miles de agricultores de terceros países que no pueden exportar sus productos a la UE, provocando además que el campo europeo carezca de alternativas y oportunidades para sus habitantes al estar controlado y condicionado por las subvenciones recibidas que lo mantienen sin desarrollarlo. La falta de libre competencia impide la innovación y la satisfacción de los clientes en las mejores condiciones. Los clientes, a su vez, han de pagar un injusto sobreprecio por los productos agrícolas.
La PAC del periodo 2008-2012 nos ha costado 133.800 millones de euros, es decir, un 42% del presupuesto de la UE destinado ilegítimamente a subvencionar a (como mucho) un 3% de la población: los ciudadanos que trabajan en el sector primario. Si estos datos ya son escandalosos, hemos de destacar que el coste de la PAC es muy superior, pues se debería contabilizar todo lo que pagan de más los consumidores europeos por el sobreprecio que producen los aranceles y políticas proteccionistas, así como el perjuicio causado a los agricultores de países en desarrollo que no pueden comercializar sus productos en Europa.
Por eso el P-LIB se opone frontalmente a las pretensiones del Comité de las Organizaciones Profesionales Agrarias (COPA), que pide ampliar las regulaciones y subvenciones de la PAC, provocando el enriquecimiento injusto de unos pocos gracias a las subvenciones, y el empobrecimiento de muchos: los habitantes del medio rural a los que se les dificulta la creación de alternativas en sus tierras, los consumidores de la Unión Europea que han de pagar de más, y los agricultores de terceros países.
