Sí a la reforma electoral

El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera contraria a la más elemental ética democrática la posición manifestada hoy por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respecto a la reforma del sistema electoral español. O Zapatero miente conscientemente o ignora la realidad cuando afirma que «nuestro sistema electoral es un sistema homologable a los sistemas de las democracias con más tradición».

El sistema electoral español es uno de los más injustos del mundo. El voto de los ciudadanos tiene un valor muy variable dependiendo del lugar de residencia y de la formación política votada. La desproporción entre votos y escaños es extrema y el umbral de la representación elimina cientos de miles de votos emitidos, hasta el punto de que un partido con el 2,75 % de los votos al Congreso (que debería obtener unos ocho escaños de los 350 que tiene la Cámara Baja) queda automáticamente desposeído de esa representación. El ciudadano está maniatado frente a una listas cerradas y bloqueadas que tan sólo le permiten ratificar lo decidido previamente por los partidos.

Para colmo, Zapatero argumenta que se trata de una reforma que requiere «un gran consenso político». En realidad, el consenso existe en la sociedad, entre los expertos y en todas las fuerzas políticas menos el PP y el PSOE, que son los dos partidos injustamente hiperrepresentados por el sistema actual, hasta el punto de poder obtener en muchos ayuntamientos y comunidades la mayoría absoluta con apenas un 39 ó 40 % de los votos. El Consejo de Estado ya se pronunció hace meses respecto a la injusticia del sistema electoral actual, y el propio PSOE se había comprometido con los grupos minoritarios a emprender la reforma, pero ahora PP y PSOE han relegado este proceso a una oscura comisión parlamentaria destinada a la inoperancia consensuada por los dos grandes para no abordar realmente el tema en esta legislatura.

El P-LIB exige una reforma profunda del sistema electoral para democratizarlo, acabando con la manipulación automática de los resultados por la aplicación de ley d’Hondt (es decir, por la desproporción matemática y por la injusticia en la atribución de escaños), y combatiendo un bipartidismo que no sólo perjudica gravemente a la sociedad, sino que en realidad no la refleja ni la representa. Luchamos por un sistema electoral que configure cámaras y consistorios realmente fieles a la soberana decisión de los ciudadanos, expresada mediante su voto.

Ideas del P-LIB sobre el sistema electoral y la democracia 

 

 

 

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