El debate señala el agotamiento del sistema

P-LIBAnálisis de las medidas anunciadas por Rajoy. El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su escepticismo ante la comedia representada ayer y hoy por los dos principales partidos políticos en el debate sobre el estado de la nación, con las demás fuerzas políticas como simples comparsas incapaces de plantear alternativas sistémicas para devolvernos la Libertad. Una vez más, el PP y el PSOE han actuado como las dos cabezas de un partido único bicéfalo, consustancial al esquema de supuesta alternancia política que padecemos desde 1982. El tándem socialista-conservador es implacable en su destrucción deliberada de cualquier alternativa, y es el culpable de la situación política y económica que hoy soportamos. Este bi-partido se propone ahora blindarse a cualquier precio, sin el menor rubor, para seguir medrando a costa de una ciudadanía hastiada y dolorida que hoy rechaza de plano al sistema en su conjunto.

Los liberales manifestamos nuestro escepticismo ante las medidas anunciadas ayer por el presidente del gobierno, Mariano Rajoy. Es intolerable que la medida de no anticipación del pago del IVA sobre facturas no cobradas, una medida esencial para los autónomos y las pymes, se haya postergado hasta la mitad de la legislatura de gobierno conservador, ya que no entrará en vigor hasta 2014. Seguir exigiendo durante todo 2013 que los autónomos y las pymes adelante el IVA sobre facturas no cobradas es condenarles en muchos casos a desaparecer. Y resulta inconcebible que, en un momento de rápida destrucción del tejido empresarial, con seis millones de parados (de los que una buena parte podrían convertirse en empresarios), el gobierno no elimine ni reduzca siquiera la cuota de autónomos, que es el mayor problema al que se enfrentan los trabajadores por cuenta propia.

Las medidas de fomento del empleo juvenil que ha anunciado el presidente suponen una reducción del expolio que las empresas soportan por contratar, pero constituyen una nueva distorsión del orden económico espontáneo, un nuevo acto de intervencionismo e ingeniería social desde el poder. Los conservadores se comportan igual que los socialistas porque son igual de colectivistas que ellos: ante el aumento escandaloso del paro en un segmento (ya sea etáneo, geográfico o industrial), alivian un poco los costes gigantescos de contratar en ese segmento. Esto, por supuesto, constituye un agravio para los parados de otros segmentos, y se orienta más a maquillar las cifras del paro juvenil, impresentables ante los socios europeos, que a resolver realmente el problema. Lo que debería hacer el gobierno es liberalizar realmente todo el mercado de trabajo y eliminar o moderar sustancialmente una gran parte de los costes laborales, y el empleo se recuperaría por sí solo.

Las medidas anunciadas contra la corrupción son un nuevo brindis al sol, porque aquélla es sencillamente consustancial al modo de vida de nuestra élite política entera, como ya percibe gran parte de la ciudadanía, y no existe, por lo tanto, la menor voluntad de atajarla en ninguno de los partidos sistémicos. En particular, el P-LIB reitera su apuesta por abolir esa farsa absurda que es hoy el Tribunal de Cuentas, dependiente directa y orgánicamente de las Cortes Generales, es decir, de  los mismos políticos a los que teóricamente controla. Rajoy dice que endurecerá las penas por delitos de corrupción, pero eso no sirve de nada mientras sigan existiendo miles de situaciones de opacidad y/o de discrecionalidad en la toma de decisiones. La cuestión no es condenar a más años o menos años de cárcel a quien corrompe o se corrompe, ni destinar aún más dinero del contribuyente a cazar corruptos (lo que en realidad simplemente encarecerá los sobornos), sino devolver a la sociedad civil infinidad de decisiones que hoy adoptan los políticos. Necesitamos leyes claras, poco interpretables, escasas y razonables, no el complejo laberinto normativo en el que medra la casta de interpretadores y decisores políticos.

Los liberales no entendemos dónde encuentra Rajoy motivos para el optimismo, porque nuestra economía está mucho peor hoy que cuando llegó al poder, ya que a los problemas que arrastrábamos se ha añadido una caza de brujas fiscal sin precedentes, en el marco de un incremento de la tributación que nos sitúa dolorosamente entre los países, de todo el planeta, donde más impuestos se pagan.

Por su parte, el líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba ha demostrado una vez más que no hay Oposición. El descrédito prácticamente total del PSOE y de su principal dirigente se ha acentuado con una intervención estéril, reveladora de la similitud y el entrelazamiento que caracteriza al tándem PP-PSOE. Resulta particularmente ridículo que ahora el PSOE proponga una tímida apertura del sistema electoral, cuando fue el impulsor del despiadado veto incorporado por la reforma de la LOREG en 2011. Contra lo expuesto ayer por Pérez Rubalcaba, cabe señalar que los ciudadanos no quieren mejorar el sistema de listas, ni siquiera desbloqueándolas, sino poder votar directamente a sus candidatos. La partitocracia se traduce en la imposición de candidatos ajenos a la voluntad del electorado, que ha de limitarse a ratificar un grupo u otro.

El P-LIB reitera su enmienda a la totalidad del actual sistema político-institucional, electoral y de partidos, emanado de una constitución fracasada, junto a su apuesta firme por una economía, una cultura y una sociedad realmente libres. Sólo ese marco podrá devolver la esperanza a nuestros conciudadanos, porque sólo en condiciones de libertad podremos regresar a la senda de la prosperidad.

Análisis de las medidas anunciadas por Rajoy (informe elaborado por el Secretario de Relaciones Institucionales, Diego Ruiz).

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