El ébola señala los fallos del Estado, no del mercado

Roxana NiculaEl Partido de la Libertad Individual (P-LIB) deplora las recientes declaraciones de la subdirectora de Sistemas de Salud e Innovación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Marie Paule Kieny. Como dirigente de esta agencia de las Naciones Unidas, Kieny ha afirmado que es culpa de un «fallo del mercado» el hecho de que no se haya desarrollado todavía una cura al virus del ébola. El P-LIB considera necesario recordar a la señora Kieny y a la opinión pública que lo que falla en el sector de investigación médica y farmacéutica son, precisamente, las estructuras burocráticas que lo mantienen intervenido hasta su parálisisSi los avances no se suceden con mayor rapidez es a causa de las barreras estatales de todo tipo, tanto normativas como económicas, que refrenan y obstaculizan la investigación, producción y comercialización de medicamentos. Esas barreras, impuestas por los Estados, benefician al lobby de los grandes productores entrelazados con la élite estatal. Estos productores reducen así drásticamente la competencia y hacen de la sociedad un mercado cautivo. Los discutibles procesos de aprobación de medicamentos por parte de agencias politizadas, resultan lentos, complejos y costosos, lo que perjudica gravemente a millones de personas. El P-LIB considera nociva la actividad de esas agencias y de la propia OMS, y promueve su disolución.

Es necesario tener presente el ejemplo esclarecedor de la lucha contra el SIDA. En los años ochenta, los pacientes de VIH hubieron de enfrentarse al exceso de regulación y a las barreras a la competencia y a la investigación impuestas por los Estados, y particularmente por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estado Unidos. Las familias de los afectados y el resto de la sociedad civil se organizaron para exigir al Estado que dejara de entrometerse y diera vía libre a la investigación y a los ensayos clínicos con pacientes debidamente informados sobre los posibles efectos secundarios, y conscientes de la posibilidad de que los tratamientos experimentales no funcionaran. El éxito sostenido en la lucha contra el SIDA tiene pocos precedentes y se debe precisamente a que, por una vez, los Estados han tenido que permitir que actúe sin cortapisas la libre iniciativa, es decir, el libre mercado.

El P-LIB alerta a la ciudadanía sobre las regulaciones estatales que obligan a retrasar infinidad de nuevos fármacos durante muchos años. Es un tiempo que muchos pacientes no tienen, y que con frecuencia sólo se comprende a la luz de los intereses creados. Hoy vemos como, igual que las víctimas del SIDA morían a la espera de una cura, son ahora las del ébola quienes ven con desesperación cómo las autoridades sanitarias tardan en autorizar tratamientos, por experimentales que puedan ser. Ante la amenaza de una grave pandemia del ébola, urge más que nunca desburocratizar la investigación, producción y distribución de medicamentos.

Roxana Nicula, Secretaria de Acción Ciudadana del P-LIB, ha declarado hoy que «la OMS y las autoridades europeas y nacionales en materia de medicamentos favorecen cárteles regulatorios que entorpecen el libre mercado de la innovación médica y farmacológica», añadiendo que «con su reciente decisión de permitir excepcionalmente el uso de tratamientos altamente experimentales como Zmapp para combatir el ébola, la OMS ha reconocido implícitamente el fracaso de la vana pretensión estatal de controlar y regular el desarrollo de la medicina y de los tratamientos, pretensión que sólo entorpece una actividad de la que dependen millones de vidas humanas». «Tanto en el caso del ébola como en cualquier otra situación médica, la humanidad es capaz de avanzar más deprisa y cosechar más victorias si no encuentra a cada paso obstáculos estatales para beneficio de unos pocos», ha concluido.

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